domingo, 18 de febrero de 2007

Máquinas creativas


Pero, ¿qué es la creatividad?

¡Uffffff!

Bueno, corriendo el riesgo de ser simplista, voy a intentar recorrer un camino “implementable”. Es decir, elaborar un análisis que permita enfoques computacionales del problema, aunque ello implique una simplificación quizá escandalosa. Pero esto es un ejercicio mental ¿no?

A mi modo de ver, el proceso creativo tiene al menos dos componentes computacionales: un proceso generador y un proceso selector.

El proceso generador es bastante común en el humano; casi todos los humanos de 15 años se afanan por crear algo único, personal, impactante… y ninguno lo consigue. Este proceso se asienta probablemente en la recombinación (uso deliberadamente el término biológico) de material “percibido” en otras creaciones, más quizá una cierta componente aleatoria en forma de “mutaciones” de este material percibido. El resultado obviamente es bastante desigual (depende del material recombinado y del acierto de las mutaciones) y desde luego poco original.

Con el tiempo uno va recombinando su propio material, de modo que el resultado gana en originalidad, y se dice entonces que el creador alcanza “su propio lenguaje”. Además aumenta la destreza en el proceso, de modo que la calidad media del material en bruto aumenta, aunque al creador le da la sensación de “caminar en círculos”, apresado en su propio estilo. Lo que por cierto a veces genera crisis y rupturas muy interesantes.

El proceso selector es menos común, porque depende de la formación, cultura y criterio del creador, aunque fundamental. Consiste en un ejercicio de autocrítica (constructiva) del propio trabajo. Digo constructiva porque conozco muchos casos en los que este proceso es tan salvaje que nunca nada pasa el filtro, y el creador nunca crea, es decir, se convierte en un no-creador.

Desde el punto de vista computacional, el proceso selector es mucho menos tratable que el generador. Pero aunque no sepamos cómo implementarlo no vamos por ello a bloquearnos; tenemos una solución alternativa: hagamos que el humano sea el selector. Para ello podemos diseñar sistemas en los que (a) el ordenador genere material recombinado o bajo ciertas ecuaciones y (b) el humano guíe al sistema por el camino más interesante.

La solución…
En los próximos capítulos.


Publicado originariamente en Computación creativa y otros sueños (Libro de Notas) el 25/11/2004