viernes, 27 de septiembre de 2013

La brecha digital en la administración (III), o de las divertidas peripecias para firmar un documento electrónico


El otro día decidí entregar unos documentos utilizando el registro electrónico del Ministerio de Educación. Una gran manera de ahorrarse un paseo hasta el registro físico, ya que los registros de las Universidades no estaban habilitados para ese trámite (!).

El primer paso fue encontrar una autoridad certificadora cerca de casa, ya que para el registro hay que disponer de un certificado digital (vale el que viene con el nuevo DNI, pero yo no lo tengo). Una vez solicitado, hay que personarse en alguna oficina de la autoridad certificadora para identificarse.
Comprobé que Banesto estaba admitida como autoridad certificadora para el Ministerio de Educación, y decidí obtenerlo allí, ya que el procedimiento de obtención era mucho más simple que el de la Fabrica Nacional de Moneda y Timbre. En 15 minutos ya tenía mi flamante certificado-digital-que-me-abriría-las-puertas-del-registro-virtual-con-firma-electrónica.
Pero no.
Realmente la historia comenzó muy bien. A pesar de que el certificado había que descargarlo con un odioso-internet-explorer (OIE), pude exportarlo sin problemas e instalarlo en Firefox. Tras esto accedí a la aplicación para rellenar los datos que me pedían para el trámite identificándome con el certificado y todo perfecto.
Hasta que llegué a la fase de firmado digital.
Primero probé con Firefox, y el documento ni siquiera se firmaba. Luego probé con OIE. El documento se firmaba, pero a la hora de presentarlo obtuve un bonito
Estado HTTP 500
type Informe de Excepción
descripción El servidor encontró un error interno () que hizo que no pudiera rellenar este requerimiento.
excepción 
java.lang.RuntimeException: Error al verificar la firma: 3 paqueteverificar.claseverificar.verifica(claseverificar.java:161) verificar.doPost(verificar.java:249) javax.servlet.http.HttpServlet.service(HttpServlet.java:710) javax.servlet.http.HttpServlet.service(HttpServlet.java:803)
nota La traza completa de la causa de este error se encuentra en los archivos de diario de Apache Tomcat/6.0.10.
Y empecé a ver nubes negras en el horizonte, una vez más.
Había un teléfono de asistencia. Llamé. Comunicaba. Volví a llamar. Comunicaba. Después de 15 o 20 llamadas decidí que no lo iban a coger. Así que pasé al mail.
Encontré dos direcciones, así que puse un mail a las dos direcciones explicando el problema y copiando el mensaje de error producido. Al cabo de una hora tenía una respuesta en el buzón:
This is an automatically generated Delivery Status Notification
THIS IS A WARNING MESSAGE ONLY.
YOU DO NOT NEED TO RESEND YOUR MESSAGE.
Delivery to the following recipient has been delayed: xxxxxxxxxx@educacion.es
Message will be retried for 2 more day(s)
Vamos, que la dirección no existía, o algo parecido.
Afortunadamente desde la otra dirección sí contestaron:
«Buenos días, 
había un problema técnico con la base de datos. Ya se ha solucionado, por favor inténtelo nuevamente. Rogamos disculpe las molestias ocasionadas.
Si le sigue dando error por favor indíquenos qué mensaje de error le aparece exactamente y en que opción de la aplicación.»
¡Pero si ya les había mandado el mensaje de error! Ni que decir tiene que la cosa seguía sin funcionar. Me pusieron otro mail diciéndome que saliera y entrara del navegador. ¡Vaya, la llamada “solución del informático”! Pero nada. Les volví a poner un mail con el error y sugiriéndoles que el problema podría tener que ver con que mi certificado estaba expedido por Banesto y no por la FNMT (intuición de informático). Y después silencio. El teléfono seguía comunicando. Estaba bloqueado en medio del trámite…
Decidí explorar mi hipótesis, sacándome un certificado de la FNMT (¡otro trámite!). Para ello tuve que ir a identificarme a una oficina de la Agencia Tributaria donde, dicho sea de paso, me atendieron increíblemente bien. Se notaba que la cosa era mucho más estatal que en Banesto, porque, en lugar de darme un papelito con una clave de uso único, imprimieron tres hojas por las dos caras, que me hicieron firmar, y me fotocopiaron elDNI. Todo ello fue a engrosar una carpeta: ¡viva lo digital! Por cierto en los papeles había un pequeño error en mi nombre, cosa que hice notar a la funcionaria que, para mi sorpresa, me dijo «te lo cambio ahora mismo». Así que después de muchos años de error mi nombre fue corregido sin pedirme 20 papeles para demostrar que mi nombre no era realmente ese. Beneficios colaterales, diría yo.
Hecho este trámite, corrí al ordenador de mi despacho para descargar el certificado y, ¡oh horror!, recibí un mensaje que decía «sólo puede descargarse el certificado al ordenador desde el que lo pidió», que era el de casa. Maldición.
Ocho horas, después, desde casa, vuelvo a la carga para descargar el certificado. Ahora tengo dos certificados, ¡qué bien! Pruebo con Firefox: no va. Pruebo con OIE ¡Bingo! ¡Registro admitido! ¡Maldito desarrollador subcontratado que sólo lo probó con el certificado de la FNMT y con OIE!
La carcajada inevitable tuve que darla por lo que sucedió a la mañana siguiente; volví a recibir una respuesta a mis preguntas por el error previo, que decía:
«Buenas tardes,
Su solicitud ya está confirmada y registrada»,
¡como si ellos hubieran subsanado el error!
Publicado originariamente en Computación creativa y otros sueños (Libro de Notas) el 25/1/2010.