sábado, 28 de septiembre de 2013

¿Qué informática debería enseñarse a un chico de secundaria?


Hemos comentado varias veces en esta columna que la asignatura de Tecnología está absolutamente mal planteada en los planes de estudio de secundaria.
En primer lugar está plagada de contenidos, que llegan al detalle en temas colaterales (por ejemplo máquinas neumáticas, o tipos de plásticos) y parecen olvidar lo esencial: que la tecnología y la ingeniería son disciplinas creativas que transforman el mundo.
En segundo lugar, la imparte un profesorado que en muchos casos no tiene demasiado interés en la materia (ojo, que también los hay excelentes, como en cualquier centro docente). El motivo de esto es variado: se considera una asignatura menos importante que las Matemáticas o la Física, muchos de sus profesores no cursaron estudios de ingeniería, sino de ciencias, y no son capaces de motivar al estudiante porque se deja de lado la faceta creativa de la tecnología, transmitiendo una visión memorística y rígida del proceso tecnológico. No se trata de entender el mundo, sino de modificarlo.
En tercer lugar, está más bien centrada en tecnologías tradicionales, ignorando que seguramente a día de hoy un porcentaje muy elevado de la asignatura de Tecnología debería estar dedicado a la Informática, porque es la disciplina tecnológica que más incide en nuestras vidas, cuenta con una enorme capacidad tractora de la sociedad y evoluciona a velocidad vertiginosa. Piensen en cuántos de los alumnos de una clase de secundaria terminarán trabajando más o menos directamente en el sector informático.
Pero, ¿qué debería enseñarse a los chicos de secundaria sobre informática? Un enorme error en el que han caído mucho centros es en enseñar ofimática, seguramente porque para las personas de otras generaciones la ofimática era algo que entrañaba alguna dificultad. Actualmente la ofimática se aprende de modo transversal, mientras se realizan trabajos para otras asignaturas, y los alumnos de secundaria (incluso los de primaria) se manejan bastante bien.
Para bien o para mal, el mundo anglosajón es el líder absoluto en desarrollo informático (para ellos Computer Science, aunque hay otras disciplinas relacionadas), así que ¿por qué no mirar qué están haciendo ellos?
Resulta que desde el año 2006 la Association for Computing Machinery (ACM), a través de su “Computer Science Teachers Association”, tiene bien definido lo que los estudiantes de primaria y secundaria deberían aprender, y además sus informes no son una foto fija, sino que son revisados periódicamente a medida que la Ciencia de la Computación avanza. Se denomina “CSTA K–12 Computer Science Standards” y es un extenso documento que centra los objetivos docentes de la enseñanza de la informática en toda la educación previa a la universitaria. Pueden consultarlo aquí.
El documento parte de la defensa de la informática como disciplina formativa general, es decir, como transmisora de valores y competencias que van mucho más allá de la tecnología, tales como la resolución de problemas o la colaboración, por citar algunos ejemplos.
También se explica que para el profesorado de secundaria, quizá la mayor fuente de confusión es que hay tres áreas principales de educación en informática:
Tecnología educativa:
  • Utilización de la informática para otras disciplinas educativas, es decir, ofimática, blogs, recursos educativos tipo moodle, etc.
Tecnología de la Información, que se ocupa de:
  • Instalar, mantener y personalizar software.
  • Gestionar datos en mundos físicos y virtuales y ser consciente de nivel de seguridad.
  • Gestionar sistemas de comunicación.
  • Diseñar, implementar y gestionar recursos web.
  • Desarrollar y gestionar recursos multimedia y otros contenidos digitales.
Ciencias de la computación, que se ocupa de:
  • Diseñar e implementar software
  • Desarrollar modos efectivos de resolución de problemas
  • Descubrir nuevas aplicaciones de los ordenadores
Algunos ejemplos de las cosas sobre las que deberían pensar los estudiantes de secundaria:
  • Encontrar el camino de salida de un laberinto.
  • Cómo un perro captura una pelota en el aire.
  • Cómo llegar a casa desde el instituto.
  • Cómo ordenar una lista de palabras por orden alfabético de la mejor manera posible.
No se trata tanto de enseñar lenguajes de programación (aunque ¿por qué no?), sino de enfrentar al estudiante a un modo de pensamiento computacional, es decir, a tareas que se resuelven desarrollando un algoritmo.
Son sólo algunos ejemplos, que quizá pueden completarse con el desarrollo de pequeños programas, en scratch o en python.
Por otro lado, es importante que los estudiantes comprendan los aspectos fundamentales del funcionamiento de un ordenador: qué es un sistema operativo, qué es realmente un programa y cómo realiza sus tareas, cómo funciona la Web, etc.
Por supuesto el nivel al que se refiere ACM es inabordable en nuestro país –habría que asignar a la Informática un número de horas lectivas mayor que el que tienen las Matemáticas–, ya que no se conforman con enseñar programación básica. Fíjense como ejemplo que uno de los objetivos del curriculum de secundaria de esta organización es “Utilizar Application Program Interfaces (APIs) y bibliotecas de código para facilitar la programación de soluciones”. Ahí es nada.
No es casualidad que el gobierno británico decidiera en febrero de 2013 integrar en sus planes de estudio de secundaria la Computer Science como una disciplina básica, al mismo nivel de importancia que la Física y las Matemáticas.
Nuestro sistema educativo debería replantearse la importancia de la Informática en sus niveles básicos, de lo contrario corremos el riesgo de hacer verdad la frase de Arthur C. Clarke: “toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.
Publicado originariamente en Computación creativa y otros sueños (Libro de Notas) el 25/9/2013.